jueves, 25 de febrero de 2010

FORMAS DE CREAR EL MUNDO FANTÁSTICO

Si examinamos las diversas novelas que encontramos en una librería o en una biblioteca, e inicialmente las diferenciamos según su temática y su estructura descubrimos principalmente tres inicios de creación de un relato de fantasía: a partir de un Mapa, a partir de una lengua o idioma inventado, y a partir de un personaje.
Inicialmente, la que aparentemente es más sencilla es la última crear una historia a partir de un personaje. Sin embargo, la mayoría de ellas al final siempre terminan necesitando de un mapa para seguir las aventuras del héroe creado.
De todas formas, no debemos desestimar nunca las otras dos opciones aunque de forma inicial son más complejas o lo parecen.
Un escritor debe ver claramente que es lo que quiere escribir. Un relato de misterio, una de “espada u brujería”, una de temática histórica. Para ello necesita seguir algún tipo de guión. En las de misterio suele comenzar con una descripción de una ciudad o un determinado lugar, aunque muchas veces suele centrarse en un personaje en concreto. En las de espada y brujería, lo más común es utilizar el método de creación de un personaje, ese método puede coincidir con el que se usa muchas veces en las partidas de rol o similares, en otros casos se centra en un determinado territorio a modo de crónicas, y sólo en casos excepcionales parte la historia de un idioma o lengua inventado (es lo más difícil).
¿Cuál es la mejor formula? Yo no sabría decirlo y cada escritor tiene su propio método por lo tanto yo aconsejo a cada uno seguir el método que más le guste: a partir de un mapa, de una lengua o de un personaje. Sea el método de vuestra elección deberéis seguirlo hasta el final.

I. Crear a partir de un Mapa.
¿Como crear un mapa para un mundo de fantasía? Llevarlo a cabo es relativamente fácil pues ya otros escritores se nos han adelantado en ello. Necesitaremos, por lo tanto, una serie de razas que pueblen nuestro mundo de fantasía. Lo más común son los elfos (de diversas razas), los enanos (de diversas razas), los hombres (de diversas razas); y, finalmente, las razas del mal (orcos, trasgos, hombres-serpiente, hombres-dragon,o hombres-largarto). Luego tenemos otra serie de razas adjuntas como son los halflings, los hobbits, las hadas, los gigantes. Las razas son totalmente elección nuestra y nosotros podemos crear nuestras propias razas. Sin embargo, lo más común es usar razas ya creadas por otros autores.
Sin embargo, lo más importante es la creación del mundo de fantasía en sí mismo, la creación del mapa. ¿Cómo podemos crear un mapa?

a. Podemos usar un mapa que ya ha sido creado por otro autor para sus obras.
En este primer caso cogeríamos un mapa ya creado, por ejemplo uno de los mapas de “El Silmarillion” o de “El Señor de los Anillos”, uno de la Dragonlance, o uno de Reinos Olvidados, o inclusive de un juego de rol como Warhammer. Seguidamente deberemos elegir una zona del terreno del mapa sobre la cuál no haya escrito nada con anterioridad o donde sucedan muy pocas cosas en las diversas sagas (aunque hay autores que prefieren usar lugares que salen mucho en los relatos de otros autores por ayudarles a ambientar con mayor facilidad su relato), y que será el lugar dónde se desarrollen las aventuras de los personajes.
Por lo tanto, si usáis este método se debe tener mucho cuidado con lo que se escribe y describe teniendo en cuenta lo que han escrito otros autores del lugar al que nos referimos. Comúnmente
en los foros de Internet llaman FANFIC a este tipo de narraciones, en otros ambientes anteriores a Internet los llamaban y aun llaman Historias Encadenadas (por ser historias sobre un mismo mundo, lugar o región y algunas veces personajes), un ejemplo claro de este tipo de narraciones son las sagas diversas de Dragonlance y Reinos Olvidados.
Una vez elegido el área de terreno trataremos de ampliar el mapa lo máximo posible, o sea, que se vea “hasta la colina más ligera y la cuesta más pequeña”. De esta forma podremos delimitar lo mejor posible la acción de los personajes. Este método en los últimos tiempos es uno de los más comunes sobre todo entre los seguidores de ciertos autores que quieren darse a conocer.

b. Podemos ampliar un mundo ya existente.
Este método es semejante al anterior pero mucho más complejo pues tenemos que crearle nuevos territorios a ese mundo. Muchos os preguntaréis la razón de dicha complejidad. La explicare de la forma más clara posible.
La mayoría da los escritores crean mundos con límites muy claros, y crearles nuevos territorios es algo sumamente complicado. Por ejemplo, en la Tierra Media donde podemos crear nuevos territorios para aventuras, aparentemente parece que Tolkien ya los cubrió todos. En Ansalon en el mundo de la Dragonlance, también parece que el territorio ya está totalmente delimitado y que no queda nada nuevo por descubrir. Y en los Reinos Olvidados pasa exactamente lo mismo.
Para solucionar este problema necesitaremos previamente un mapa completo de ese mundo en el que deseamos ampliar territorios. En la Tierra Media, mi sugerencia personal es el Este, pues pocas veces salen relatos del Este, y es un área “blanca” donde podemos crear parcialmente nuevos territorios, eso sí, antes de publicar la obra tendremos que tener el visto bueno de los herederos del autor. En los otros dos casos, Ansalon y los Reinos Olvidados, nos pasa parecido, en dichos casos necesitaríamos tener a mano alguna de las enciclopedias y mapas completos que hay de ellos.
Si usamos por ejemplo el juego de rol de Warhammer, tenemos relativamente más libertad. Sin embargo, ese mundo como nuestro mundo ya está totalmente acotado.

c. Podemos crear un nuevo mundo.
¿Cómo crear un nuevo mundo de nuestra invención? Básicamente existen dos posibilidades para ello:
La primera es simplemente dibujar nosotros un mapa de un mundo como hizo por ejemplo Laura Gallego en Memorias de Idhun.
La segunda es más sencilla. Cogéis una mapa del mundo y en un papel anotáis los diversos continentes. Continente Asiático, Europeo, Americano, Africano, Oceanía y la Antártida. Podéis coger un dado y ver cuál saca el número más alto, o una baraja de cartas y jugarlo a la carta más alta. Posteriormente, y por orden de número sacado elegir un país de cada continente y dibujarlo en un papel (se usa por ejemplo el país que más nos guste) y después hacemos un montaje con los diversos países con sus ríos, cordilleras y bosques y de ahí sacamos un nuevo mundo que podemos llamar como nos guste más.
Obviamente, está es la forma más sencilla de hacerlo y la más común cuando se tiene prisa por escribir una obra. Sin embargo, tiene una pega. Muchas veces si usamos este método nos encontraremos que otras personas puedan tener un mapa si no igual si muy semejante y eso puede ser contraproducente para nuestra historia.
Un método muy común entre ciertos escritores es coger islas de todo el mundo y unirlas formando continentes o archipiélagos en los cuales transcurren las aventuras de los personajes que crean a posteriori.
Aún así y en cualquiera de los casos es un trabajo arduo si deseamos que exista coherencia de climas, de razas o pueblos que habitan esa región, etc. Os recuerdo que no se pueden crear mapas sin ton ni son y se debe buscar coherencia entre lo que buscaremos luego para la historia (sus aventuras y argumento, siempre es preciso tener un esquema) y el mapa que hemos creado.

II. Crear a partir de una lengua inventada.
Crear una lengua o idioma inventado es realmente difícil para unos y muy fácil para otros. La mayoría de los niños alguna vez se han inventado un idioma o lengua para ocultar sus pensamientos más secretos o para hablar con su “amigo invisible”. Sólo unos pocos se atreven a desarrollar ese idioma y hasta utilizarlo en escritos de diversa índole desde “chuletas” en institutos o colegios hasta para escribir diarios personales y que nadie sepa lo que pone salvo ellos.
Sin embargo, crear un idioma bien hecho no es tarea fácil y existen dos vertientes distintas:
1. Inventar uno palabras nuevas para ese idioma.
2. Crear un vocabulario a partir de un idioma o unos idiomas que ya existen.
Ambos casos son complejos. El primero de ellos lleva mucho tiempo hacerlo pero usualmente suele ser de lo más efectivo. El segundo es más complicado, tienes que elegir una lengua, por ejemplo, el danés y a partir de su vocabulario transformar las palabras para crear un nuevo idioma cuya raíz es el danés. Sería algo así como el desarrolló del latín al castellano.
Lo siguiente es darle también una gramática y una fonética. Eso todavía es más complejo que lo anterior pues la persona que está creando este idioma debe de tener ciertos conocimientos de gramática y fonética. Luego debe de pensar en la forma de conjugar los verbos. La mayoría de los idiomas inventados por la influencia de Tolkien usan un método de declinación.
Y, finalmente, crear una serie de signos gráficos que designen los fonemas. Eso es sumamente complejo sobre todo si queremos que cada raza en nuestra historia tenga un idioma o una forma de escribir el mismo idioma diferente.
Mi consejo a la hora de crear un idioma es coger un diccionario con gramática incluida y utilizarlo de base para desarrollar nuestro idioma inventado. Los idiomas más usados para la creación de idiomas inventados son los de origen celta, las lenguas celtas, irlandés, gaélico, escocés, bretón, y similares debido a la influencia de Tolkien y otros autores del genero fantástico que usaron esos idiomas.
Sin embargo, si queréis ser verdaderamente arriesgados en la creación de un idioma nuevo a partir de otro preexistente utilizad lenguas muertas para ello o lenguas que no se utilizan o cuyo uso esta restringido a una determinada zona muy pequeña del planeta.

III. Crear a partir de un personaje.
Inicialmente parece la forma más sencilla de crear una obra de cualquier género literario. No es así. Lo típico es tener un personaje en mente, que procede de alguna forma de la idea que tenemos de niños de los “amigos imaginarios”, de los aventureros, etc.
Sin embargo, su creación implica diversos factores. El primero de ellos es poder crearle una biografía coherente con lo que sucederá posteriormente en el relato. Lo segundo es poder describirlo con total detalle, poder saber que pensaría y que haría en cada momento... En fin, se debe como los actores preparar el personaje a conciencia para que le guste y sea cercano al lector.
Aquí existen una serie de tópicos muy usados en la creación de diversos personajes. Un ejemplo son los aventureros. Las características típicas de los aventureros son: no tienen familia, la han
perdido por algún suceso sangriento o se han visto separados de ella; también, suelen ser buenos espadachines, y muchos de ellos han sido piratas o así; y finalmente, terminan metidos en la aventura por medio de que forman parte de una sociedad secreta o por haber sido convocados por algún dios o mago (un ejemplo, la Dragonlance).
Pero crear un personaje es algo serio. Es poner en ellos un poco de nuestra alma y de nuestras emociones. Por eso muchos autores sienten ciertas dificultades a la hora de crear personajes.
Existe una forma muy usada sobre todo para descripciones de personajes. Este método se basa en ir a un bar, a una cafetería, a una estación de tren o metro, o incluso a un aeropuerto. Fijarse en la gente y elegir personas al azar que encajen con las características iniciales que tenga el personaje. De esta forma se puede ser muy detallista a la hora de las descripciones y si uno es buen dibujante mucho mejor, pues puede hacer un retrato de la persona. En relación con este método algunos autores utilizan fotografías que sacan a gente en esos lugares, o personajes que salen en periódicos o revistas. El método fotográfico es bueno si se usan fotos de gente que no es famosa o conocida. En caso contrario en algún momento esas personas podrían reconocerse en el relato interfiriendo en la narración que tienes preparada.
Los autores realistas muchas veces usan sucesos que pasan y en esos casos las descripciones de los personajes si pueden encajar con la realidad si los presentan como personajes tipo y no como un personaje en concreto.
De todas formas, si tienes claro como es un personaje su apariencia física y su personalidad desde un principio este es el mejor método de crear una obra literaria.

2 comentarios:

  1. Basicamente parece que digas que cojamos lo que han hecho otros y lo copiemos a nuestra manera.

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  2. No, lo entiendes mal. Lo que digo es que se puede usar diversos modelos usados por otros autores para crear personajes, localizaciones, etcétera para crear nuestros propios personajes, localizaciones y obras. Con todo copiar inicialmente no está mal es una forma de aprender y aprehender lo que otros han hecho. Es una forma natural de adquirir un conocimiento. Pero esta en nuestro propio carácter buscar después nuestro rumbo y no dedicarnos a un copia y pega lo que han escrito otros cambiando los nombres. Y sobre todo, nunca se debe de caer en el plagio.

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